April 14, 2022

Toxina botulínica: ¿cuándo usarla, cuándo no… y por qué el diagnóstico lo es todo?

Healthy Living

Por la Dra. Francisca Cerda – Ortodoncista y especialista en armonización facial clínica en Santiago de Chile

Si llegaste hasta aquí esperando que te diga "botox para todos", lamento decepcionarte (o tal vez no tanto).

La toxina botulínica es una de las herramientas más potentes que tenemos en armonización facial, pero también una de las más mal entendidas. No es magia. No es un borrador de arrugas. No es para todo el mundo ni para todas las edades.

Y lo más importante: no es una decisión estética, es una decisión clínica.

¿Qué hace realmente la toxina botulínica?

La toxina actúa bloqueando ciertos músculos que están trabajando en exceso. Esa hiperactividad es la que, con el tiempo, termina marcando líneas, acentuando gestos de enojo o cansancio, y generando tensión en zonas donde deberíamos ver suavidad.

Pero ojo: el músculo que hoy te molesta, quizás mañana te va a hacer falta. Por eso, antes de pinchar, hay que diagnosticar.

Entonces… ¿cuándo sí y cuándo no?

🔹 Cuándo sí la recomiendo:

  • Cuando hay arrugas dinámicas marcadas (frente, entrecejo, patas de gallo)
  • Cuando hay bruxismo o tensión mandibular constante
  • En pacientes jóvenes como prevención (pero no a los 20 "por si acaso")
  • En casos de asimetrías musculares (ej: una ceja más elevada que otra)
  • Para relajar áreas específicas sin alterar tu expresión

🔸 Cuándo NO la recomiendo:

  • Si tu rostro ya presenta flacidez importante (puede acentuarla)
  • Si buscas un “efecto frozen” para no mover nada (eso no lo hago)
  • Si no tienes un diagnóstico claro (aplicar por moda es un error)
  • Si estás embarazada o lactando

¿Y si te pusiste antes… y no te gustó?

Pasa. Muchas llegan a mi consulta después de malas experiencias: cejas que subieron demasiado, párpados caídos, rostros inexpresivos o sensación de que ya no se reconocen.

En esos casos, lo primero es esperar a que el efecto pase, y luego rediseñar un protocolo personalizado, con dosis exactas y puntos estratégicos. Cada rostro tiene su mapa. Mi trabajo es leerlo.

El riesgo de banalizar lo clínico

Aplicar toxina botulínica se ha vuelto casi una moda. Promociones de 3x2, clínicas que no explican nada, influencers recomendando sin formación médica.
¿El problema?
Esto no es maquillaje. Es un procedimiento médico que requiere conocimiento profundo de anatomía, musculatura facial, dosis y simetría.

Trabajo con mujeres que valoran eso. Que no quieren verse “más jóvenes” a cualquier costo, sino más descansadas, más suaves, más ellas.

¿Dónde trabajo y cómo agendar?

Mi consulta está en el sector oriente de Santiago (Las Condes), pero recibo pacientes de toda la RM: Vitacura, Lo Barnechea, Providencia e incluso comunas más alejadas.

Si estás pensando en toxina botulínica, te invito primero a conversar. El diagnóstico es gratuito si decides tratarte conmigo, y mi compromiso es decirte siempre la verdad, incluso si eso significa decirte: “no lo necesitas”.

Tu expresión merece respeto, no rigidez.

Te ayudo a restaurar tu armonía, no a congelarla.

Latest blog

More Templates