Si hay algo que me preguntan todo el tiempo en consulta es:
“¿Esto me va a cambiar la cara?”
Y mi respuesta siempre es la misma:
No. Te la voy a devolver.
La armonización facial clínica no busca que te parezcas a otra persona, ni que te congeles la expresión. No estás aquí para parecer una versión de TikTok filtrada. Estás aquí porque sentiste que tu rostro ya no refleja lo que tú sientes por dentro. Y eso, créeme, tiene solución sin perder tu esencia.
Con los años, nuestra cara va cambiando: se pierde volumen en ciertas zonas, la piel se afina, los músculos se tensan de más. Pero eso no significa que tengas que empezar de cero.
La armonización clínica es eso: una forma de acompañar esos cambios con precisión médica, buen gusto y un enfoque que respeta lo que tú eres. No se trata de rellenar por rellenar, ni de seguir modas. Se trata de entender lo que tu rostro necesita… y lo que no.
Soy ortodoncista y he pasado años estudiando proporciones, estructuras óseas y simetrías. No uso “patrones de belleza”, uso diagnóstico clínico real.
En consulta analizo todo: desde tu postura mandibular hasta cómo se mueve tu musculatura facial. A veces lo que parece “una arruga” es simplemente una sobrecarga muscular o un desbalance estructural. Y no, no todo se soluciona con ácido hialurónico.
Trabajo con técnicas como:
Si eres de esas mujeres que quiere verse bien sin parecer alguien más, esta forma de trabajar probablemente te va a hacer sentido. La mayoría de mis pacientes vienen de Las Condes, Vitacura, Providencia o Lo Barnechea, pero también me llegan mujeres desde otras comunas de Santiago que buscan un enfoque más pulcro, detallista y real.
Un buen diagnóstico. Te escucho, te observo y te explico todo.
Te ayudo a encontrar tu mejor versión (sin filtros ni exageraciones).