April 8, 2022

¿Por qué el enfoque clínico lo cambia todo en estética facial?

Organic Skincare

Por la Dra. Francisca Cerda – Ortodoncista y especialista en armonización facial clínica en Santiago de Chile

La medicina estética ha crecido a pasos agigantados. Basta abrir Instagram para ver cientos de perfiles ofreciendo tratamientos, promociones y resultados “rápidos”. Pero hay algo que se ha perdido en medio de tanta visibilidad: la clínica detrás del procedimiento.

Porque no, armonizar un rostro no es cuestión de “verse linda”. Es cuestión de saber cómo intervenir un sistema tan complejo como la cara humana… sin romper su coherencia.

Y eso, solo se logra con un enfoque clínico real.

Primero lo primero: ¿qué es un enfoque clínico?

Hablar de enfoque clínico no significa “ponerse más serio”.
Significa que cada decisión estética parte desde la medicina, no desde la tendencia.

Implica comprender tu rostro como un sistema dinámico, en donde músculos, huesos, grasa, piel y expresión se relacionan de forma única. Y que cualquier intervención debe respetar esa lógica individual, no imponer una forma estándar.

Este enfoque parte de cinco principios fundamentales:

  1. Diagnóstico profundo, no visual
    Antes de aplicar cualquier técnica, se realiza una evaluación que considera estructura ósea, movimientos musculares, tono cutáneo, simetría y expectativas emocionales. Esto va mucho más allá de decir “tenemos que rellenar aquí”.
  2. Planificación estratégica y progresiva
    No se trata de hacer todo en una sola sesión. Un plan clínico real se construye por fases, respetando la adaptación de tu rostro y observando cómo responde tu cuerpo.
  3. Criterio para decir NO
    A veces la intervención más sabia es la que no se hace. Un enfoque clínico permite identificar cuándo lo mejor para ti es no tocar algo… o postergar el tratamiento.
  4. Seguridad por sobre rapidez
    Las dosis, las técnicas, la profundidad de aplicación, la vascularización… todo se calcula. Nada se improvisa.
  5. Resultados naturales, duraderos y coherentes
    No buscamos rostros “perfectos”. Buscamos rostros que se sienten en paz consigo mismos, con armonía en movimiento y descanso.

El problema: cuando lo clínico se omite

En Santiago (y en muchas partes), es cada vez más común encontrar:

  • Aplicaciones de toxina botulínica sin diagnóstico muscular
  • Rellenos inadecuados en mujeres con flacidez avanzada
  • Hilos tensores en pieles no aptas, provocando fibrosis
  • Combinaciones de tratamientos sin coherencia médica
  • “Correcciones” estéticas hechas en base a una selfie

¿El resultado?
Rostros que ya no se mueven con naturalidad.
Asimetrías nuevas que antes no estaban.
Pacientes que se sienten raras, o que sienten que se perdieron a sí mismas.

Todo eso se puede evitar cuando el procedimiento estético se trata como lo que es: una intervención médica, no cosmética.

¿Cómo se ve esto en mi consulta?

En mi espacio de trabajo en Las Condes, lo primero que hago con cada paciente es conversar. Entender su historia, sus gestos, lo que le molesta y lo que no. Observamos juntas cómo ha envejecido su rostro. A veces traen fotos antiguas, a veces simplemente describen esa sensación de “ya no me veo como me siento”.

Desde ahí, armamos un plan.
No se trata de “embellecer”, sino de restaurar armonía, vitalidad y coherencia emocional.

Y muchas veces, eso significa usar menos producto, o incluso esperar antes de intervenir.

¿Qué pasa si ya te hiciste cosas?

Nadie llega “en blanco”. Muchas mujeres vienen después de haber probado rellenos, toxina, PRP, hilos… con distintos resultados.

Mi rol no es juzgar. Es ordenar lo que hay, entender cómo ha sido tratado tu rostro y qué podemos hacer para devolverle su equilibrio. A veces es tan simple como disolver algo mal colocado. O reorganizar tratamientos que fueron hechos sin un hilo conductor.

¿Y si nunca te has hecho nada?

Mucho mejor. Porque ahí podemos construir desde cero un enfoque clínico, preventivo y saludable. No tienes que esperar a “sentirte mal con tu cara” para empezar.
La mejor armonización facial es la que acompaña el paso del tiempo, sin pelear con él.

¿Dónde trabajo?

Atiendo en Las Condes, en el sector oriente de Santiago. Muchas de mis pacientes vienen de comunas como Vitacura, Lo Barnechea, Providencia y Ñuñoa, buscando un espacio donde se sientan escuchadas, respetadas y tratadas como lo que son: personas, no rostros a moldear.

Tu rostro merece un plan, no una moda.

Un plan clínico, preciso y respetuoso. Porque lo estético empieza en lo médico.

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