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El bruxismo es un trastorno funcional que consiste en apretar o rechinar los dientes, especialmente durante la noche. Este hábito genera dolor mandibular, desgaste dental y aumento del volumen en los músculos maseteros. La aplicación de toxina botulínica en esta zona relaja selectivamente el músculo, reduciendo la fuerza de mordida y afinando el tercio inferior del rostro de manera armónica.
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Llegué porque sentía mi rostro apagado y sin vida. Desde la primera sesión, noté mi piel más luminosa, hidratada y con una suavidad increíble. Es de esas experiencias que una recomienda sin dudar.
Me sorprendió lo rápido que vi cambios. En menos de una semana mi piel estaba más firme y con un brillo natural que hacía tiempo no tenía. Me encantó que el resultado se ve fresco, nada artificial.
Desde que entras, sabes que estás en buenas manos. El trato, la preocupación y el resultado… todo impecable. La piel me quedó pareja y con mejor textura.
Nunca había probado algo así y quedé impresionado. Sin dolor, rápido y con un cambio sutil pero evidente.